Vale, seguro que más de una vez has escuchado la palabra VPN y te has quedado con cara de “¿eso qué es?”. Pues tranquilo, que no es nada del otro mundo. Te lo explico fácil y sin rollos raros.
¿Qué demonios es un VPN?
VPN son las siglas de Virtual Private Network, o sea, “red privada virtual”. Básicamente es como un túnel secreto por donde viaja tu conexión a Internet. En lugar de conectarte directo, pasas por un servidor que puede estar en otra ciudad o incluso en otro país.
Dicho en plan simple: el VPN hace que parezca que estás en otro sitio, y además esconde lo que haces para que nadie cotillee.
¿Para qué me sirve a mí?
1. Privacidad
Cuando te conectas sin VPN, tu proveedor de Internet (Movistar, Orange, Vodafone o quien sea) puede ver todo lo que haces: qué webs visitas, a qué hora, cuánto rato, etc. Aunque digan que no cotillean, tienen esos datos.
Con el VPN, todo lo que haces va cifrado y “pasa” por el servidor de la VPN. Resultado: tu proveedor solo ve que te has conectado a una VPN, pero no sabe a dónde vas después.
1.1. Ejemplo:
Si entras en páginas de viajes buscando vuelos baratos, tu compañía de Internet no puede guardar esa info para luego bombardearte con anuncios.
2. Seguridad
Esto es clave en sitios con wifi público. Piensa en el wifi de un aeropuerto o el del bar de la esquina: cualquiera se puede conectar, incluso alguien con malas intenciones. Esa persona podría colarse y ver contraseñas o datos que mandas sin que te enteres.
Con el VPN, los datos viajan cifrados, como si fueran dentro de una caja fuerte. Aunque alguien intente espiarte, solo vería letras raras sin sentido.
2.1. Ejemplo:
Te conectas al wifi de un hotel y entras en tu banco para hacer una transferencia. Si no usas VPN, corres el riesgo de que te la líen. Con VPN, imposible que descifren nada.
3. Contenido bloqueado
Muchas webs, series o pelis solo están disponibles en ciertos países por temas de derechos. Seguro que te ha pasado con Netflix, HBO o páginas de deportes: ves que en EE.UU. tienen un catálogo brutal y aquí no.
El VPN te deja “hacerte pasar” por alguien que está en otro país. Solo eliges el servidor (por ejemplo, uno en Estados Unidos) y listo, ya parece que navegas desde allí.
3.1. Ejemplo:
Quieres ver un partido de fútbol que en España va por pago, pero en otro país lo emiten gratis en abierto. Si te conectas con un VPN a ese país, puedes verlo sin problemas.
4. Trabajar o estudiar
En muchas empresas, los archivos internos o las aplicaciones solo se pueden abrir desde dentro de la oficina. Para que puedas acceder desde casa, te dan un VPN de la empresa. Así, te conectas como si estuvieras físicamente allí, pero sin moverte del sofá.
Lo mismo pasa en universidades: a veces necesitas entrar a la biblioteca digital o bases de datos que solo funcionan dentro del campus. Con un VPN institucional, accedes sin tener que ir a la uni.
4.1. Ejemplo:
Curras en una empresa de ingeniería que tiene planos y datos privados. Para teletrabajar sin que se filtre nada, usas el VPN corporativo y listo.
¿Tiene algún contra?
Sí, claro. No todo es color de rosa:
- A veces la conexión va un poco más lenta.
- No todos los VPN son de fiar; hay gratuitos que venden tus datos (vamos, justo lo contrario de lo que quieres).
- En algunos servicios (tipo Netflix) a veces detectan el VPN y te bloquean el acceso.
¿Cuál me pillo?
En el mercado hay mil opciones: UrbanVPN, NordVPN, Surfshark, ExpressVPN… Los de pago suelen ser los más seguros y rápidos. Los gratis pueden valer para un apaño, pero ojo, que algunos son más peligrosos que no usar nada.
Conclusión
Un VPN es como tu capa de invisibilidad en Internet: no te hace invencible, pero sí te da un plus de seguridad y privacidad. Si navegas mucho en redes públicas o quieres acceder a contenido de fuera, te merece la pena.